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Tipos de energía y sus tecnologías

4 min lectura

11 de junio de 2023

Autor: Andrés Muñoz

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  3. Tipos de energía y sus tecnologías

La energía es un término muy empleado en nuestro día a día, puesto que forma parte del presente y del futuro de la sociedad en todo el mundo. La manera en la que la producimos, la transportamos, la gestionamos e incluso la consumimos, marcará el devenir de la humanidad, ya que el desafío que supone el cambio climático se puede atajar adaptando la presencia de la energía en nuestra actividad diaria. De ella sabemos que ni se crea ni se destruye, que se transforma de una a otra, pero aparte de esto, ¿qué y cuánto sabemos de lo que es la energía? En este artículo vamos a conocer en detalle sus tipologías y las tecnologías asociadas a cada una de ellas.

¿Qué es la energía? 

A pesar de estar presente entre nosotros continuamente, la definición de energía no es algo trivial. Una de las descripciones más comunes es entenderla como la capacidad que tiene un sistema para realizar un trabajo. La cantidad de energía siempre se mantiene constante según el principio de conservación, ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

Esto significa que la energía presente en un sistema no desaparece, y como sociedad nos encargamos de crear formas de transformarla para adaptarla a nuestras necesidades.

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Tipos de energía según sus características 

Podemos distinguir los diferentes tipos de energía según los cambios que puede provocar y en función de la tecnología que empleamos para su transformación.

En primer lugar, encontraríamos la energía mecánica, la eléctrica, la térmica, la química y la electromagnética, principalmente. Y en segundo, clasificaríamos la energía como renovable (aquella que emplea un recurso natural e inagotable para su transformación) o no renovable (aquella que emplea un combustible fósil).

Veamos en qué consisten, cuáles son sus diferencias y qué usos se les da.

Según los cambios que provoca

1· Mecánica: Es aquella que tiene en cuenta el movimiento y la posición de los cuerpos, y se calcula como la suma de la energía cinética (movimiento de una masa) y la potencial (posición).

2· Eléctrica: Es la corriente que se produce por el hecho de que dos cuerpos tengan una diferencia de potencial. Al conectarlos mediante un cable, se produce un flujo de electrones para intentar equilibrar las cargas de ambos.

La electricidad es el tipo de energía mayoritaria y la tendencia mundial es que siga siendo protagonista, electrificando multitud de sectores incluidos aquellos que históricamente no la han usado, como el transporte o algunos procesos industriales.

3· Térmica: Es el traslado de calor entre un cuerpo a una mayor temperatura que otro.

4· Química: Es aquella que se manifiesta en reacciones químicas, al romper enlaces.

5· Electromagnética: Son ondas que se propagan por el espacio y que se originan en campos de partículas magnéticas y eléctricas en movimiento. El ejemplo más evidente es el Sol, cuyo campo magnético origina estas ondas que nos llegan al planeta en forma de radiación solar.

Según el recurso para su transformación

Pasar de un tipo de energía a otro conlleva aplicar un proceso que puede usar un recurso natural o no. Esto es lo que diferencia a las energías renovables de las no renovables.

1· Renovables

Son las fuentes de energía con mayor crecimiento, impacto y cuyo futuro está ligado a lograr los objetivos de carbono neutralidad. La radiación del Sol, el viento, el agua o el calor terrestre, son algunos ejemplos de recursos naturales, renovables e inagotables, que permiten transformar una fuente de energía en otra.

  • Solar: La radiación solar se puede aprovechar a través de dos equipos diferentes, los paneles fotovoltaicos y los térmicos. En los primeros, se produce una corriente eléctrica fruto del impacto de la luz en los materiales, que generan electricidad. En los segundos, la radiación se alberga en el interior del panel para aumentar la temperatura y calentar un fluido que circula por él.
  • Eólica: El viento es energía en movimiento, y se transforma en electricidad al pasar por un aerogenerador. Estos equipos giran sus palas a una cierta velocidad (m/s), que se multiplica por miles a partir de una serie de mecanismos (multiplicadora) que harán rotar, a altas velocidades, el eje de un motor eléctrico, el encargado de transformar la energía mecánica en electricidad.
  • Hidráulica: Una masa de agua a una altura alberga una energía potencial. Para aprovecharla, esa cantidad se deja fluir por unos conductos donde la corriente hará rotar una turbina que, como en el caso anterior, transformará la energía potencial en eléctrica.
  • Geotérmica: A partir del calor terrestre podemos obtener electricidad o mantener el calor, haciendo pasar un fluido (agua, generalmente), por un circuito en el interior de una zona a altas temperaturas, es decir que tiene un alto potencial geotérmico. Este calor se transferirá al líquido, pudiendo obtener vapor para generar electricidad en una turbina, por ejemplo.
  • Mareomotriz: El mar, sus olas y los movimientos de las mareas contienen una gran cantidad de energía potencial y cinética. Con el uso de equipos altamente sofisticados a nivel tecnológico se está logrando aprovechar esa gran cantidad de energía para obtener el tipo que más interese.
  • Bioenergía: Los residuos ganaderos, agrícolas y deshechos forestales, entre otros, permiten transformar la energía en procesos químicos que aprovechan sus características para obtener calor y/o electricidad.

2· No renovables

La transformación de una energía a otra utilizando un recurso convencional y contaminante es lo que se conoce como energía no renovable.

  • Nuclear: Aquella que, mediante la quema de uranio enriquecido, produce vapor para hacer mover turbinas que producirán la electricidad. Es una fuente de energía no renovable, pero sí se considera limpia por el hecho de que su producción de electricidad no emite gases de efecto invernadero. No obstante, los residuos nucleares son una de sus mayores desventajas, así como la gravedad que ocasiona un accidente.
  • Térmica: La energía más empleada en todo el mundo para obtener calor y electricidad, se basa en la quema de un combustible como el carbón, el gas natural o el petróleo.

¿Qué energía usamos en el día a día? 

El origen de cualquier tipo de energía procede del Sol.

La acción directa de sus rayos provoca el viento, las diferencias de temperatura que ocasionan nubes y lluvia, el movimiento de las mareas, e incluso originan los combustibles fósiles. La presencia del Sol permite la existencia de plantas y naturaleza, cuya materia orgánica se descompone con el tiempo generando los yacimientos de carbón, gas y/o petróleo.

En nuestro día a día, mayoritariamente nos abastecemos con electricidad para mantener nuestra calidad de vida y confort. Desde que despertamos, al encender una luz, la electricidad está formando parte de nuestra vida. Los electrodomésticos, los semáforos de la carretera, el alumbrado público, las oficinas en las que trabajamos y hasta la máquina de café, son ejemplos de energía eléctrica presente en nuestro día a día a través de diferentes equipos.

Pero a parte de ella, la energía térmica también forma parte de nuestra actividad. Los vehículos que circulan fruto de la quema de combustibles, las calefacciones a gas o incluso las cocinas tradicionales, aprovechan la energía térmica de recursos fósiles para nuestro beneficio.

Otro ejemplo de energía que se encuentra cada día entre nosotros es alimentaria, un tipo de energía química que procede de los alimentos y que permite a nuestros organismos mantenerse activos y saludables. La ingesta de nutrientes, por lo tanto, es un tipo de energía que permite la vida humana y animal.

Tecnología y energía, ¿cómo se ayudan? 

Como hemos visto, sin energía no podría haber vida. Durante los últimos años, la humanidad se ha dedicado a mejorar la tecnología para poder aprovechar más fuentes energéticas, algo que ha generado una importante simbiosis entre ambas.

La mejora tecnológica de equipos como celdas solares, motores, aerodinámica de álabes etc, logra aprovechar con mayor eficiencia la energía disponible en la radiación solar o en el viento, entre otros tipos. De igual modo, componentes más avanzados logran mayor eficiencia en turbinas de vapor y/o gas, algo que se traduce en una mayor capacidad de producir electricidad.

El poder disponer de más energía permite tener más procesos de investigación e industriales para, precisamente, seguir innovando en tecnologías para otros ámbitos, como la medicina, el transporte o la química.

En cuanto al IoT (Intenet de las cosas) y el Big Data, se trata de sistemas de información avanzados a nivel tecnológico cuyo consumo de energía supone un desafío para el sector. De ahí la importancia de aprovechar las tipologías de energía que hemos visto anteriormente para lograr suplir las necesidades de este tipo de servicios.

Sin lugar a duda, en los próximos años y de manera mayoritaria, la energía renovable seguirá estableciéndose como la energía predominante. La mejora tecnológica en los procesos de su aprovechamiento ha logrado convertir a estas fuentes en más competitivas incluso que tecnologías convencionales con muchos años de desarrollo, como los combustibles fósiles.

El mundo se encamina a la electrificación de numerosos sectores, dado que la electricidad es la energía más fácil de obtener y aprovechar, además de la velocidad en su transporte. Para lograr este proceso, que forma parte de la transición energética, emplear todos los tipos de energía será indispensable.

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Autor: Andrés Muñoz

Ingeniero en Energía y Máster en Gestión y Dirección de Empresas Industriales. Postgrado en Ingeniería Eólica y Energía Termosolar. Apasionado de las Energías Renovables, emprendedor y Dir. Ejecutivo de Infoenergética.

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