¿Qué son y cómo funcionan las subastas de energía renovable?
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El crecimiento de las renovables en todo el mundo se ha cimentado en el alto grado de sensibilización global sobre la importancia de hacer frente al cambio climático. No obstante, sólo con ello no se consigue construir grandes proyectos solares y eólicos que sustituyan la generación de electricidad con combustibles fósiles. Para haber logrado avanzar en la transición energética se necesitan mecanismos financieros y estabilidad jurídica que apoyen este tipo de inversiones y dinamicen la economía. Esto ha sido posible, en parte, gracias a uno de esos mecanismos, las conocidas subastas de energía renovable. España ha celebrado 4 de estos procesos desde la existencia del nuevo marco regulatorio del Real Decreto-ley 23/2020. En este artículo vamos a comprender qué son, cómo funcionan y qué beneficios aportan las subastas.
¿Qué son las subastas de energía renovable?
El proceso de adjudicación de capacidad renovable a instalar en España comenzó con el Real Decreto 947/2015, que buscaba establecer una convocatoria para el otorgamiento del régimen retributivo específico a nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de renovables, biomasa y eólica concretamente. En 2016 se llevó a cabo la primera subasta, y hasta la fecha se han ido celebrando de manera intermitente.
Las subastas, como su propio nombre indica, son procesos que adjudican a las empresas ganadoras la posibilidad de ejecutar un proyecto, en este caso, una instalación con tecnología renovable. El adjudicatario resulta ganador si es el que mejores condiciones presenta respecto a los criterios establecidos en la subasta, principalmente, un precio competitivo en su oferta. Por tanto, estos procesos buscan asegurar la construcción de nueva capacidad renovable que beneficie al mercado y a los consumidores.
Con el paso del tiempo, el factor de adjudicación ha dejado de ser únicamente el precio para contemplar otros criterios previamente establecidos, y acabar definiendo quiénes son los mejores postores. Algunos de ellos son las características técnicas de las tecnologías, niveles de gestionabilidad, criterios de localización geográfica, madurez tecnológica, tamaño o componente innovador, entre otros factores.
¿Cómo funcionan las subastas de energía renovable?
Para participar en ellas hay que estar dado de alta en el Régimen Económico de Energías Renovables (REER). Una vez hecho, la subasta funciona de la siguiente manera; se oferta una capacidad a instalar (MW) diferenciando las tecnologías que llegarán a cubrirla. Así, en los últimos procesos, se han anunciado capacidades cercanas a los 3.000 MW, de los cuáles una cantidad sería para eólica, otra para fotovoltaica y otras tecnologías. Incluso dentro de una de ellas, se puede diferenciar según el tipo de proyectos u otros criterios.
Las empresas participantes envían sus ofertas de capacidad a instalar con una remuneración que estarían dispuestas a percibir (€/MWh) por cada MWh inyectado a la red. Para ese cálculo, la empresa ha debido contemplar todos los costes que tiene su proyecto, de modo que con ese importe ya se asegure la rentabilidad del mismo.
En las subastas, además, la convocatoria fija un precio máximo (o de reserva) confidencial, que equivale al precio a partir del cual se evaluarán las ofertas. Es decir, aquellas que presenten precios más altos que el establecido no podrán participar. También se fija un precio mínimo (o de riesgo) establecido en 0 €/MWh. Así pues, las ofertas comprendidas entre el precio de riesgo y de reserva se ordenan de menor a mayor hasta alcanzar el cupo (la capacidad en MW que se subasta). El resultado del proceso, por lo tanto, es la adjudicación de potencia a cada ganador, así como su precio ofertado (“pay-as-bid”, por su denominación en inglés), que corresponde con su oferta económica.
La entidad administradora de las subastas es OMI, Polo Español S.A. (“OMIE”) y la entidad supervisora la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia | (“CNMC”).
Por lo tanto, las instalaciones beneficiarias del Régimen Económico de Energías Renovables que han resultado adjudicatarias pueden participar en el mercado diario e intradiario y percibirán, por la energía vendida en dichos mercados, el precio fijado en la subasta, corregido por la exposición a mercado que sea de aplicación, hasta un volumen de energía determinado y para un plazo máximo establecido.
Requisitos que deben cumplir las empresas para participar en subastas de energía renovable
Como hemos visto antes, para participar en una subasta, la empresa debe estar dada de alta en el registro de régimen retributivo específico y su correspondiente registro electrónico del régimen económico de energías renovables, que tienen como finalidad el otorgamiento y adecuado seguimiento de la retribución específica de las instalaciones de producción con renovables, cogeneración de alta eficiencia y residuos.
Inicialmente, en este registro los adjudicatarios quedan inscritos “en estado de preasignación” y, una vez hayan comenzado a vender energía en el mercado, pasan a figurar “en estado de explotación”. Este marco retributivo REER, por lo tanto, da la posibilidad de percibir un precio calculado con referencia al del mercado por la energía. Está definido por el Real Decreto 960/2020.
Además de este registro, las empresas deben depositar unos avales y/o garantías antes de su participación en el proceso. Estos depósitos solo entran en vigor para los ganadores, y actualmente están regulados por el artículo 8.2 del Real Decreto 960/2020 visto anteriormente. Establece, en concreto, 60 €/kW para la potencia por la que se pretende ofertar.
De esta cantidad económica, 12 €/kW se encuentran vinculados a la identificación de la instalación, 18 €/kW a la acreditación de la autorización administrativa de construcción de las instalaciones, y 30 €/kW a la inscripción en el registro electrónico del REER.
Remuneración
El pago de la energía vertida por un proyecto desarrollado tras ser ganador de la subasta se realiza según precio fijo por unidad de energía (EUR/MWh), ofertado en la subasta para la duración de su registro en el Régimen Económico de Energías Renovables (“REER”). Pero puede haber varias desviaciones en precio, volúmenes y en tiempo de adjudicación.
Las instalaciones acogidas al REER siempre venderán en el mercado, en un periodo comprendido entre el inicio y final del “plazo máximo de entrega”, concepto que se define en el mismo proceso. Además, podrán vender una cantidad de “energía de subasta” que equivale a los valores entre la “energía mínima de subasta” y la “energía máxima de subasta”.
OMIE, el operador del mercado es el responsable del cómputo de la energía del proceso hasta que alcancen la energía máxima de subasta o expire el plazo máximo de entrega, establecido en 12 años.
El precio percibido (PpMD) real por los adjudicatarios no es exactamente el ofertado, sino que se le aplica una corrección teniendo en cuenta el precio del mercado (PMd) y el precio de adjudicación (PAdjud).
El resultado es: PpMD=PAdjud+%Ajus*(PMd-PAdjud), donde %Ajus es 5% actualmente, y PMd es el precio de mercado. Esta corrección tiene como finalidad proteger los intereses de las empresas ante la volatilidad del mercado, tanto si los precios de éste suben como si bajan. Por lo tanto, cuando el PMd cae por debajo del PAdjud, la empresa recibirá un poco menos que su oferta, y viceversa.
Además de este corregido actual, las subastas pueden establecer que el precio resultado del proceso sea corregido con incentivos de participación del adjudicatario en el mercado, fomentando, por ejemplo, que oferte su energía en las horas más caras del mercado para desplazar a otras tecnologías.
Beneficios y ventajas para el sector renovable
La celebración de subastas de energía renovable por parte de un país lanza un poderoso mensaje de apuesta por las tecnologías limpias y búsqueda de acelerar la transición energética.
De este modo, la realización de estos procesos ofrece beneficios y ventajas que podríamos clasificar en:
- Más capacidad renovable instalada; con lo que se atrae nueva inversión dinamizando la economía, a la vez que se aumenta la participación de tecnologías verdes en la matriz energética.
- Cumplimiento de los objetivos; el mundo se encamina hacia objetivos cada vez más ambiciosos para frenar el cambio climático. Las subastas aseguran nueva capacidad de generación energética respetuosa con el medio ambiente y en sintonía con los objetivos marcados desde las organizaciones.
- Más industria; las subastas son una oportunidad para nuevas empresas e industrias de formar parte del ecosistema energético, que ayudará a la competitividad general.
- Apuesta por la investigación; más proyectos de nuevas tecnologías conlleva inversiones en investigación y desarrollo.
- Menor precio de la energía; las renovables abaratan el coste de la electricidad, con lo que uno de los mayores beneficios es precisamente ofrecer al consumidor final un precio de la electricidad más económico.
Conclusión
Aunque las renovables, por competitividad y eficiencia, ya son capaces de desarrollarse en cualquier país con mecanismos financieros como los PPA o la venta de la energía directamente a mercado, las subastas son y seguirán siendo muestras de compromiso para agilizar el proceso de transición energética, necesarias en todos los países del mundo.
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