Qué es un BESS y qué beneficios tiene

El crecimiento de las energías renovables para descarbonizar la matriz energética española conlleva un enorme desafío; qué hacer con los excedentes producidos por la energía solar y la eólica cuando no hay suficiente demanda eléctrica. Además de las interconexiones con Francia y Portugal - sistemas eléctricos que pueden demandar y beneficiarse de la energía “verde” española - se necesitan elementos que aporten flexibilidad, seguridad y robustez a la red de electricidad. Si hay un inconveniente en las energías renovables es la volatilidad del recurso natural. Poder transformar esa volatilidad en flexibilidad para el sistema es algo que puede cambiar el panorama energético de manera radical, y está al alcance de los BESS, que se han posicionado como la gran esperanza del sector. En este primer artículo sobre ellos te explico qué son, cómo funcionan y cuáles son sus beneficios.

¿Qué son los BESS? 

Los BESS (Siglas en inglés de Battery Energy Storage Systems) son, como su propio nombre indica, sistemas de almacenamiento de energía a través de baterías, una solución tecnológica que ayuda a equilibrar la red eléctrica y que puede complementar la producción energética con un flujo de energía continuo.

Los BESS emplean, en su mayoría y en la actualidad debido a los avances de la industria, iones de litio para el almacenamiento de la electricidad. Al contrario de lo que se conoce popularmente, no se trata solo de un sistema de baterías, sino que incluyen también componentes de software y hardware que controlan su funcionamiento, además de todo un conjunto de dispositivos y sistemas adicionales que conoceremos en la segunda parte de este artículo.

¿Cómo funcionan? 

Aunque su gran versatilidad y los beneficios como los que veremos más adelante los hacen fundamentales para el futuro de las renovables, los BESS pueden trabajar de manera independiente, siempre conectados a la red. Capturando energía de ésta, pueden almacenarla para verterla nuevamente cuando el sistema lo requiera según órdenes del operador (Red Eléctrica de España), si económicamente es rentable y/o en horas pico de demanda, principalmente.

Para instalaciones a gran escala, los BESS se pueden conectar a la red eléctrica delante del medidor, y detrás de él cuando se trata de redes locales como por ejemplo sistemas de autoconsumo o de generación distribuida.

A nivel de funcionamiento, los BESS incluyen un inversor bidireccional que conecta la batería a una fuente eléctrica y que es el elemento que permite el flujo de la electricidad en ambas direcciones, tanto para la carga como para la descarga, de modo que resulta indispensable para sus ciclos de trabajo. Además, realiza la conversión de corriente continua (DC) en alterna (AC), y viceversa.

Como en otro tipo de proyectos, el inversor funciona como un “cerebro” del sistema. En los BESS, es capaz de habilitar la descarga para servicios auxiliares, desplazar la carga, verter excedentes y reducir picos en la demanda. Todo ello optimizando el funcionamiento del sistema.

En el próximo artículo sobre BESS, hablaremos del funcionamiento de cada uno de los componentes de un sistema, que va más allá de ser un conjunto de celdas de baterías.

Beneficios y ventajas de los BESS 

Actualmente, esta modalidad de almacenamiento de energía es la más empleada por sus numerosas ventajas, que se resumen en poco mantenimiento, gran densidad de energía y facilidad de gestión para maximizar su rentabilidad. Pero más en detalle, las ventajas de los BESS se pueden distinguir entre operativas y medioambientales.

Respecto a las primeras;

1. Proporcionan una respuesta rápida y flexible para equilibrar los sistemas eléctricos, convirtiéndose en fuentes de respaldo necesarias para cubrir necesidades energéticas en horas pico.
2. Permiten participar en el arbitraje de energía, es decir, que el consumidor o productor compre/venda energía en las horas más interesantes a nivel económico. De este modo, permiten maximizar el valor de la electricidad producida en un parque solar o eólico.
3. Los BESS pueden desempeñar un rol clave a la hora de regular la frecuencia o el volumen de energía en tiempo real, actividades altamente remuneradas en la mayoría de los sistemas eléctricos con normativa preparada para regularlas.

Respecto a las segundas;

1. Contar con almacenamiento energético reduce las emisiones de carbono, dado que ayudan a integrar más energía renovable que desplaza el uso de combustibles fósiles. Si en horas de alta demanda se necesita aumentar la producción, la presencia de BESS reduce la necesidad de quemar carbón, gas natural o diésel, por ejemplo.
2. Al ayudar a estabilizar la red, los BESS evitan apagones u otras interrupciones en el sistema eléctrico, especialmente en aquellos menos robustos y/o con menos capacidad de generación flexible. Todo esto se traduce en un suministro de energía seguro y flexible.
3. La eficiencia energética del sistema eléctrico en general aumenta considerablemente, dado que no se “desperdicia” el recurso natural disponible al poder almacenar en todo momento cualquier tipo de generación verde.

A medida que aumenta la cuota de protagonismo de las renovables en todo el mundo, los BESS van ganando más relevancia. Poder aprovechar toda la energía solar, eólica y de otras fuentes naturales es clave para maximizar la eficiencia de los sistemas eléctricos y descarbonizar el sector.

Los BESS, por lo tanto, son una solución a la volatilidad de los recursos naturales, un gran aliado para la transición energética y el siguiente paso en el despliegue masivo de las energías limpias.