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Acelerar la infraestructura de recarga de VE es el mayor reto de la movilidad sostenible

4 min lectura

12 de marzo de 2023

Autor: Andrés Muñoz

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A partir del año 2035 todos los vehículos nuevos que salgan al mercado en la Unión Europea no podrán emitir CO2. Para lograr esta meta de transporte neutro en carbono, el pasado mes de Junio de 2022 el Parlamento Europeo respaldó la propuesta de la Comisión de cero emisiones de coches y furgonetas nuevos para el año 2035. Ante este nuevo escenario, aparecen desafíos que invitan a reflexionar sobre la posibilidad de llevar a cabo este cambio. ¿Tenemos la estructura de red preparada para la entrada masiva de vehículos eléctricos (VE)? En este artículo vamos a profundizar sobre ello.

El camino para lograr la carbono neutralidad en la automoción europea 

La industria de la automoción se alinea con la mayor ambición climática de la UE. La aprobación del acuerdo para actualizar la legislación en alas de reducir a cero, en 2035, las emisiones de CO2 de turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, demuestra que el sector se encamina hacia la carbono neutralidad de manera más acelerada.

Para alcanzarla, habrá objetivos intermedios de reducción de emisiones. En concreto, para 2030, la reducción debe ser del 55% para los automóviles y del 50% para las furgonetas en comparación con los niveles de 2021, por ejemplo.

Además, la Comisión presentará antes de 2025 una metodología para evaluar y comunicar datos sobre las emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los automóviles y furgonetas vendidos en la UE.

Por otro lado, antes de 2026, la Comisión estudiará la diferencia entre los valores límite de emisión y los datos reales de consumo de combustible y energía registrados, para informar sobre una metodología que ayude a ajustar las emisiones concretas de CO2 de los fabricantes.

Lograr estos ambiciosos objetivos no está exento de retos. La preparación de las grandes marcas para actualizar sus procesos industriales hacia la fabricación de vehículos eléctricos, mayores inversiones para extraer litio (componente clave para la fabricación de baterías), programas de ayudas económicas para acceder a la compra de estos vehículos, masificar el transporte urbano y reducir los costes, entre otros, son solo algunos de ellos. Pero sin lugar a duda, el que supone un mayor reto es la necesidad de tener una mayor infraestructura de recarga eléctrica.

¿Cómo está la electromovilidad en España? 

La movilidad eléctrica tiene una cuota de participación en España todavía muy baja. Según los informes más recientes, tan solo 1 de cada 10 vehículos que se vende es 100% eléctrico en nuestro país.

Aunque en 2022 los datos fueron muy positivos, todavía queda un largo camino por recorrer en España. El año pasado, las matriculaciones de vehículos electrificados (100% eléctricos + híbridos enchufables) subieron un 20,9% comparado con 2021, hasta alcanzar las 100.425 unidades, según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM). Fue la primera vez que se superaron las 100.000 unidades.

Pese a ello, las matriculaciones de vehículos electrificados crecen a un ritmo insuficiente para cumplir con la senda de descarbonización, teniendo en cuenta que los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima-PNIEC fijan para el horizonte 2030 un total de 5 millones de modelos de este tipo en circulación frente a los cerca de 325.000 actuales.

Los últimos resultados de otros informes dejan claro que los vehículos eléctricos apenas representan un 3% de la cuota de mercado, muy lejos de lo que se puede ver en otros países vecinos como Francia o Alemania, sin entrar a comparar con países nórdicos, como Noruega, donde el 80% de la flota es eléctrica.

La necesidad de tener más puntos de recarga 

Aunque el número de vehículos eléctricos en España es pequeño comparado con el de otros países, es evidente que los objetivos europeos obligan a que todos los países tengan una red de infraestructura de recarga mucho más robusta.

Según datos de las patronales de fabricantes de vehículos (Anfac) y concesionarios (Faconauto), España está a la cola en número de puntos de recarga para vehículos eléctricos, con solo 245 por millón de habitantes. De ellos, el 83% son de carga lenta (inferiores a 22 kW), lo que supone cargas de tres horas de media en la mayoría de los VE actualmente en el mercado.

¿Qué tipos de recarga existen? 

Puntos de recarga existen de diversos tipos y se pueden clasificar según varias características. Independientemente de ello, el sector necesitará el impulso de todos los modelos para lograr las metas de carbono neutralidad en la automoción.

Vamos a ver algunos ejemplos de tipologías de puntos de recarga:

  • En pared: El más habitual, es el punto de recarga que se instala mediante anclajes en la pared de un garaje, en el mismo lugar donde se estaciona el vehículo. Son los más extendidos por su facilidad de implementación y por las características del parque automotriz en España, y permiten al vehículo alimentarse del suministro eléctrico de los hogares. En este ejemplo, se utilizan conectores Tipo 1 o Tipo 2.
  • Portátiles: Permiten la recarga en conectores domésticos convencionales, tienen dimensiones y pesos muy reducidos, por lo que permiten recargar la batería del vehículo en cualquier lugar necesitando solo una toma de corriente con un enchufe convencional.
  • Con control dinámico de potencias: Permiten nunca sobrepasar la potencia contratada del hogar, y llevan instalado un sensor en el interior del punto de recarga para que se pueda usar en instalaciones con potencias comprendidas entre los 1,8 kW y los 20 kW, aproximadamente.
  • A gran escala: Los puntos de recarga de gran potencia que permiten cargar baterías en media hora y que son típicos en gasolineras/electrolineras o grandes superficies, con un gran volumen de tráfico de vehículos para poder agilizar el proceso de carga.

La energía de EDP para la movilidad eléctrica 

2022, además de ser el año con el mayor número de matriculaciones en España de vehículos eléctricos, ha batido récords en el uso de la red pública de recarga gestionada por EDP en España y Portugal.

El año pasado se realizaron 488.000 recargas en la red de la Península Ibérica, tres veces más que el año anterior. Gracias a ello se evitaron la emisión de 5.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

Utilizando la red pública de cargadores normales, rápidos y ultrarrápidos de EDP, estos vehículos eléctricos recargaron 8 GWh de electricidad, energía suficiente para recorrer más de 45 millones de kilómetros sin emitir CO2.

Sin la apuesta de las empresas, tanto privadas como públicas, para incrementar el número de puntos de recarga, la consecución de los objetivos de movilidad eléctrica en Europa será una utopía. Es por ello que urge acelerar la instalación de puntos de recarga, especialmente en aquellos lugares donde es habitual que los vehículos paren, como supermercados o gasolineras, y en lugares estratégicos que permitan a los usuarios tener la garantía de que podrán llevar a cabo sus trayectos sin tener que preocuparse de la autonomía de sus baterías.

Para asegurar un transporte eléctrico y libre de emisiones, el primer paso es garantizar su recarga, consulta la solución de recarga integral de EDP para configurar tu plan a medida.

Autor: Andrés Muñoz

Ingeniero en Energía y Máster en Gestión y Dirección de Empresas Industriales. Postgrado en Ingeniería Eólica y Energía Termosolar. Apasionado de las Energías Renovables, emprendedor y Dir. Ejecutivo de Infoenergética.

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