Cómo pretende Europa ser líder en la fabricación de tecnologías limpias

Acelerar la transición energética implica aumentar la capacidad de fabricación de equipos para la industria de las energías renovables. En el caso de una de las fuentes más importantes de dicha transición, la fotovoltaica, y en concreto sobre la fabricación de paneles solares, China controla al menos el 75% de la cadena de suministro de estos equipos. Para garantizar la disponibilidad de componentes, asegurar el ritmo de la transformación energética y generar nuevos empleos, la Unión Europea (UE) publicó recientemente una nueva regulación para convertir al viejo continente en el epicentro de la fabricación de equipos para tecnologías limpias.

China, la fábrica del mundo 

Tal y como vimos en uno de los anteriores artículos de este blog, China puede considerarse la fábrica del mundo en cuanto a componentes para la industria fotovoltaica. En los últimos 12 años, el gigante asiático ha aumentado su participación promedio en la cadena de suministro de paneles solares, pasando de un 55% a un 84%. La fuerte inversión económica en nuevas fábricas e innovación es lo que ha llevado al país a liderar esta industria, representando casi dos tercios de la inversión solar de todo el mundo.

Siguiendo el ejemplo de la fabricación de paneles solares, mientras que Europa y América del Norte representan más de un tercio de la demanda mundial de estos equipos, entre ambos continentes llegan a casi un 3% de la cadena de fabricación de módulos solares. Todo un atraso en comparación con el mercado asiático que, ahora, la UE quiere cambiar con la Ley sobre la industria de cero emisiones.

La necesidad de la industria en Europa 

Continuar la transformación de cómo producimos energía depende, en gran medida, de diversificar los mercados. La energía solar se convierte en electricidad a partir de sistemas fotovoltaicos que incluyen equipos como paneles solares, probablemente los elementos más visibles, inversores, reguladores, baterías, conectores, estructuras de soporte, etc. Todos ellos, si se fabrican localmente de manera competitiva en cuanto a costes, crearían un mercado más diversificado que aprovecharía las economías de escala, evitaría colapsos en el desarrollo de proyectos en casos de crisis logísticas o de otra índole y, sobre todo, generaría miles de empleos de mucho valor y futuro. Esto es la base del Pacto Verde Europeo.

Presentado por la CE el 11 de diciembre de 2019, el Pacto Verde Europeo establece el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro de aquí a 2050. Demuestra el compromiso de la UE con la neutralidad climática y el objetivo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 en un 55% como mínimo con respecto a los niveles de 1990.

Para cumplir este objetivo de neutralidad climática, la Comisión Europea (CE) ha propuesto recientemente esa Ley sobre la industria de cero emisiones, mencionada líneas arribas, que forma parte del Plan Industrial del Pacto Verde. El objetivo es claro; ampliar la capacidad de fabricación de tecnologías limpias en la UE y garantizar que la transición energética se pueda llevar a cabo sin depender en gran medida de uno o dos mercados.

La Ley sobre la industria de cero emisiones es el primer paso del Plan Industrial del Pacto Verde, que incluye además la Reforma del Mercado de Electricidad, para que los consumidores se beneficien de los costes más bajos de las energías renovables, y una Ley de Materias Primas con el fin de garantizar un acceso suficiente a los materiales que, como las tierras raras, son vitales para la fabricación de tecnologías clave.

¿Cómo se va a acelerar la capacidad de fabricación? 

La nueva legislación contempla todas las tecnologías clave para hacer frente a la descarbonización. Por lo tanto, incluye la solar fotovoltaica y térmica, la eólica terrestre y renovable marina, las baterías y el almacenamiento, las bombas de calor y la energía geotérmica, los electrolizadores y las pilas de combustible, el biogás/biometano, la captura, utilización y almacenamiento de carbono y las tecnologías de red, las tecnologías de combustibles alternativos sostenibles, las tecnologías avanzadas para producir energía a partir de procesos nucleares con un mínimo de residuos procedentes del ciclo del combustible, los pequeños reactores modulares y los mejores combustibles relacionados.

Para permitir una mayor capacidad de fabricación y más competitiva, la Ley se basa en 6 pilares; (1) mejora de las condiciones para invertir, (2) acelerar la captura de CO2, (3) facilitar el acceso a mercados, (4) mejora de las capacidades de mano de obra, (5) apostar por la innovación, y (6) apoyo en la Plataforma Europea de Cero Emisiones. Los vemos a continuación;

(1) Un marco de condiciones más favorable: La Ley busca mejorar las condiciones para invertir en tecnologías de cero emisiones netas mediante la reducción de la carga administrativa para poner en marcha los proyectos y la simplificación de los procesos de concesión de autorizaciones, que han representado un verdadero cuello de botella en los últimos meses.

Además, propone dar prioridad a los proyectos estratégicos de cero emisiones netas, que se consideran esenciales para reforzar la resiliencia y la competitividad de la industria de la UE.

(2) Aceleración de la captura de CO2: La Ley fija el objetivo, para la UE, de alcanzar antes de 2030 una capacidad anual de inyección de 50 Mt en emplazamientos estratégicos de almacenamiento de CO2. Esto permitirá el desarrollo de la captura y almacenamiento de CO2 como solución climática económicamente viable.

(3) Acceso a mercados:  La Ley exige a las autoridades públicas considerar criterios de sostenibilidad y resiliencia en relación con las tecnologías limpias en contratos públicos o subastas. Por lo tanto, facilitará que los proyectos más sostenibles tengan una mejor puntuación en procesos públicos de selección por su contribución al medio ambiente.

(4) Mano de obra: El factor humano también es fundamental para la transición energética y, en este aspecto, la falta de personal cualificado también es una barrera. Esta Ley introduce nuevas medidas para garantizar la existencia de una mano de obra cualificada que apoye la producción de tecnologías de cero emisiones netas en la UE.

(5) Innovación: Innovar para mejorar la competitividad siempre es necesario, y más aún en una industria joven como la de las renovables. Esta Ley permite a los Estados miembros crear espacios controlados de pruebas para someter a ensayo tecnologías innovadoras de cero emisiones netas y estimular la innovación con condiciones reglamentarias flexibles.

(6) Plataforma Europea de Cero Emisiones Netas; Esta plataforma pretende ayudar a coordinar la acción e intercambio de información entre la CE y los estados miembro, y así garantizar la disponibilidad de datos destinados a supervisar los avances. Además, la Plataforma Europea de Cero Emisiones Netas pretende ser un apoyo a la inversión mediante la búsqueda en la UE de las necesidades financieras, los cuellos de botella y las mejores prácticas en materia de proyectos.